Dices que diez minutos, bueno sí diez minutos antes y otros diez después y también durante, porque eso que dices es una media global, ya sabes, tú lo sabes. Si tienes en cuenta que hay centros educativos en los que se aprovecha todo el tiempo de clase para hacer clase, o sea, para que el profe haga clase y los alumnos hagan clase que es lo que es una clase, puedes pensar que habrá otros, muchos otros en los que casi no se haga nada.
Aún así dices que los profesores españoles mantenemos nuestro interés por seguir formándonos y claro eso me interesa. No vaya a ser que lo que quieres decirnos es que cuando un profesor se coge la baja, ya me entiendes, hay veces que la clase se hace insoportable y los alumnos se suben por las paredes y tú ya has gritado todo lo que tenías que gritar y has probado también la técnica de la voz suavecita esa que imita los susurros del viento y esas cosas y entonces has cogido y te has ido a casa y has pensado esto no hay quien lo aguante, no puedo más, o cosas parecidas. Porque hay momentos en los que la clase se te viene encima sabes, si sabes que hay esos momentos y ya en casa dices me haré un máster de literatura comparada y a tu plaza llega un sustituto y te sustituye y la dirección se queda tranquila al fin y al cabo es más joven y guapo y fuerte y se enrolla bien con los alumnos y casi no pone ni partes y así da gusto oye, que esto de dar clase es cada vez más complicado.
Pues sí los profes dedican 10 minutos a llamar la atención pero lo normal es que muchos no paren de llamar la atención y que muchos otros aprovechen que no llaman la atención, a inspección estas cosas no le interesan hasta que no llevas 18 meses desaparecido seguidos sabes y entonces sí, te llaman y te preguntan, oye pero tú te quieres jubilar o qué.
Por cierto que algo de esto han hablado en las noticias.
El 16% de las clases en España se pierde en imponer orden
Falta de incentivos e indisciplina son las principales dificultades docentes
J. A. AUNIÓN - Madrid - 17/06/2009
La falta de incentivos y el mal comportamiento de algunos alumnos son las cuestiones que más dificultan la efectividad de los docentes, según el informe publicado ayer por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sobre cómo perciben su trabajo los profesores de secundaria de 23 países (se han tomado datos de cerca de 90.000).
La falta de incentivos y el mal comportamiento de algunos alumnos son las cuestiones que más dificultan la efectividad de los docentes, según el informe publicado ayer por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sobre cómo perciben su trabajo los profesores de secundaria de 23 países (se han tomado datos de cerca de 90.000).
España es el país que claramente destaca por la formación continua de sus profesores: el 100% de los encuestados había hecho cursos en los 18 meses anteriores y, en general, están dispuestos a formarse más (la gran mayoría de docentes de todos los países están contentos con su trabajo y dispuestos a enfrentar los retos). Sin embargo, el 16% del tiempo de clase en España se pierde en imponer orden a los alumnos y otro 7% en tareas burocráticas, como pasar lista.
No es el porcentaje más alto del estudio (en Brasil o Malaisia pasan el 17% del tiempo mandando callar), pero está por encima de la media (13%). En los países más disciplinados (Bulgaria, Estonia, Lituania y Polonia) dedican menos del 10%. En general, uno de cada cuatro profesores de todos los países pierde al menos un 30% de las clases en tareas administrativas o en lidiar con los alumnos que interrumpen.
La percepción docente del clima escolar es en España la peor de los países estudiados, aunque también destaca el estudio la especial autocrítica de los docentes españoles. El 60% de los docentes trabaja en un centro donde el clima no es adecuado, según sus directores (cuánto hay que esperar para que los alumnos se callen, que estén atentos a la explicación, las interrupciones o el ruido). En concreto, la indisciplina dificulta las clases al 70% de los docentes, un porcentaje muy parecido al de México, Italia, Eslovaquia y Estonia. Sin embargo, hay otras cuestiones que, para los directores españoles, lo dificultan más, por ejemplo, la falta de personal de apoyo: esto llega al 80% de los institutos.
En cualquier caso, más allá de los datos en bruto, el Informe internacional de enseñanza y aprendizaje (TALIS, en sus siglas en inglés) señala que en algunos países (Hungría, Italia, Corea del Sur, Polonia y Eslovenia) los profesores que creen en una enseñanza más participativa del alumno son más propensos a decir que el clima en clase es bueno. Mientras, los docentes que prefieren la transmisión directa de los conocimientos (el profesor enseña y el alumno escucha y aprende) tienden a ver más problemas de disciplina. Es el caso de Bélgica, Corea del Sur, Noruega, Polonia, Portugal, Eslovenia y España.
Además, no sólo los alumnos y los medios influyen. Según los directores del 39% de los docentes, la falta de preparación pedagógica dificulta bastante o mucho las clases (FETE-UGT pidió ayer más formación de este tipo). También lo hace que el profesor llegue tarde (34%) o falte (39%). Según la directora general de Evaluación y Cooperación Territorial, Rosa Peñalver, la falta de preparación pedagógica se resolverá con la sustitución del actual cursillo preparatorio por un master.
También admitió Peñalver que existe una falta de evaluación del trabajo docente. De hecho, el 45% de los profesores españoles no ha sido evaluado en los últimos cinco años, y apenas un 24% ha recibido evaluación externa (el porcentaje más alto, sólo detrás de Italia). Esto no sólo quiere decir que se trabaja a ciegas, sino que se pierde un importante resorte para mejorar la calidad de la enseñanza, recordó Ben Jensen, uno de los analistas del informe, que asegura que donde existen estas evaluaciones, los profesores lo ven bien. Tres de cada cuatro profesores de los 23 países dicen no recibir reconocimiento por mejorar la calidad de su trabajo o ser más innovadores; en España sólo se beneficia de esos reconocimientos el 20%. También asegura el ministerio que eso se solucionará con la implantación de estatuto docente, una promesa pendiente desde la anterior legislatura.
El informe señala asimismo que los centros españoles tienen muy poca autonomía (valorada según la capacidad de la dirección para elegir profesores, fijar su salario inicial o las subidas de sueldo), sólo por encima de Brasil, México, Turquía, Italia y Malaisia.
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