En homenaje a todos los que amamos nuestro idioma y para celebrar este día en el que nos llueve idioma y comunicación desde todos los continentes:
A veces una palabra sale del papel y deja que su sombra se proyecte protectora sobre unos y otros, no sobre mí, claro, pero sí sobre escritores, instituciones, editoriales, librerías, publicistas, distribuidores, revisteros, ídolos, fans, incondicionales, políticos, economistas, jubilados, salas de espera, toallas, hamacas, sombrillas, jardines, páramos, desiertos, … Suele ser una palabra nueva, despierta, intuitiva, dichosa, llena, suele ser una palabra de tres sílabas o quizás de dos, pero es una palabra que llama la atención, la oyes y ya te giras buscándola aunque difícilmente luego, la vuelves a encontrar, se pierde, se aleja entre los unos y los otros y luego todos quieren quedársela y poseerla y decir que es suya pero esa palabra sigue su camino y va de unos a otros y casi ninguno se hace con algo de ella. Algunos que consiguieron que esa palabra rozase su oído se quedan con una voz interior que les llama y que les permite salir cada día con una sonrisa. Están felices, ellos tienen un ligero eco de esa palabra que todo el mundo busca, son dichosos y ya nada ni nadie podrá pintar en su cara una expresión diferente.
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