La verdad es que es curiosa la controversia que a veces surge entre los que intentan defender la esencia primigenia de las cosas y los que intentan establecer principios que el resto debería aceptar.
Una vez dicho eso, he leído a través de una genial entrada de Fuckowsky un post de Enrique Dans acerca de la máxima del blogging. ¿Cuál es? “No se bloguea con la cabeza, se bloguea con los pies”. Independientemente de la extraña imagen que se viene a la cabeza al leer la frase, ésta pretende resaltar el aspecto de que “se bloguea con los pies, con lo que caminas cada día, con las noticias y sitios que recorres, con las experiencias por las que pasas”.
Mientras que esa máxima es preciosa y podrías encontrarle sentido, creo que en el blogging la única máxima es que no hay máxima y autocitándome, “un blog es personal y su desarrollo, su camino, su estilo y su carácter sólo lo determina quien lo escribe” a lo que habría que añadir que escribe con lo que le sale del pie y no con ellos.
Es absurdo que igual que hay quien se rasga las vestiduras ante la deformación que para ellos están sufriendo aquellos románticos diarios personales online haya quien piense que puede establecer principios generales. A pesar de que este blog en gran medida también habla de reglas, principios…no dejan de ser recomendaciones que podrían incluso aplicarse a cualquier sitio web.
En mi opinión el problema se origina al mezclar el concepto de blog como diario personal y como sistema de publicación. Los blogs han crecido de tal forma que se han convertido en un sistema válido para construir cualquier tipo de sitio web y todavía tenemos la costumbre de catalogar un sitio que sigue la estructura habitual de una bitácora como tal y si el contenido que encontramos no es el que esperamos en un weblog, sentimos que la cosa ha degenerado.
Todo evoluciona y hay que dejar atrás los supuestos, un blog puede ser un diario personal, un sitio web corporativo, un blog puede tener publicidad o no, un blog puede ser una tienda online… de hecho, son interesantes los comentarios de la entrada de Dans dónde muchos lectores recuerdan a su autor que hay tantos blogs como bloguers y que todos son distintos.
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