El sistema educativo está lleno de paradojas: contradicciones que luego más o menos pueden entenderse si se explican un poco. No seré yo quien las enumere todas. Tan solo mencionaré la que en estos días más me ha llamado la atención. Inmerso como estoy en una lucha permanente contra los elementos, las llamadas herramientas tic, caigo en la cuenta de que los esfuerzos que necesito hacer para simplemente desarrollar una clase con unas mínimas garantías de éxito: sistema operativo, navegador conexión, wifi, altavoces, plugins, pantallas, ... (es que todo se me pone en contra) se diluyen en nada cuando quienes tienen que desarrollar sus exposiciones son los propios alumnos. Da la casualidad que el 90% de los alumnos de mi instituto han manejado en sus exposiciones de “treballs de recerca” (trabajos de investigación) las denominadas herramientas tic con absoluta normalidad y naturalidad para quienes les han escuchado, alumnos y profesorado.
¿Es posible que en esas circunstancias, el 90 % de los profesores de mi instituto, sin embargo, ni las manejen, ni las conozcan, pasen de ellas, no tengan el más mínimo interés en conocerlas, piensen incluso que son negativas o perjudiciales?
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